Un techo y el Banco Hipotecario


Fundación Convivir gestionó ante el Banco Hipotecario y Un Techo Para mi País la donación y construcción de 3 casas en las Granjas Madre Teresa y San Miguel, que dependen de la Vicaría de las Villas y Barrios Pobres del Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires

Los días 3 y 4 de diciembre voluntarios de Un Techo para mi País (TPMP) y jóvenes en recuperación del Hogar de Cristo trabajaron durante los 2 días en la construcción de las casas en las granjas ubicadas en Gral. Rodríguez.

El HOGAR DE CRISTO (en el Centro Barrial Padre Hurtado – Barracas) es la primera etapa, es «la puerta de ingreso» donde comienza el «Cuerpo a Cuerpo», el acompañamiento y tratamiento para dejar de consumir Paco. Se les da cobijo, contención, se les ayuda a resolver problemas legales, se los acompaña, se los lleva al médico si hay necesidad y se tramitan los documentos que hayan perdido. También hay momentos especiales como el taller de Yoga, el de Pintura, el de Manualidades, el de Literatura, el de Boxeo, entre otros. Estos talleres tienen por objetivo conectar y desarrollar en los participantes la capacidad y habilidad para: aprender a cambiar y aprender a aprender, superar sus limitaciones, mejorar su rendimiento en toda área, observar su emocionalidad e intervenir en ella, relacionarse positivamente en todos los ámbitos de la vida, adoptar una actitud reflexiva, gestionar autonomía y confianza. Se realizan también paseos recreativos y culturales. “Sólo por Hoy, no voy a consumir” es el lema. Finalizan la jornada llevándolos nuevamente a casa. Esta primera etapa dura aproximadamente 3 meses. Luego los que lograron cimentar satisfactoriamente el propósito de dejar de consumir y de dejarse ayudar, pues se reconocen enfermos que solos no pueden, pasan a la segunda etapa.


MADRE TERESA y SAN MIGUEL (Gral. Rodríguez) es la segunda etapa.

Allí los Chicos, permanecen cinco meses donde básicamente trabajan en profundidad los 12 pasos y elaboran su proyecto de vida, en el marco de la vida comunitaria y todo lo que esta supone. Los chicos realizan diferentes actividades, en su mayoría trabajan la tierra y están en contacto con los animales. El estar en relación con la naturaleza ayuda a su tratamiento. Viven en comunidad, por lo tanto deben aprender a convivir no solo con sus propios problemas, sino también con los de sus compañeros, respetándose, valorándose y creando un espacio de ayuda y comprensión mutua. También tienen encuentros espirituales, reuniones terapéuticas, talleres y realizan deporte. Esta etapa requiere de un gran esfuerzo, ya que los jóvenes tienen que dejar de consumir de forma absoluta, se la conoce como etapa de desintoxicación. Cuatro objetivos tiene esta fase: 1- Conectarse con ellos mismos desde lo más profundo de su ser. 2- Trabajar, saber lo que cuesta ganarse el pan. 3- Elaborar su proyecto de vida, tener una meta que cumplir. 4- Comprometerse a hacer servicio y ayudar a otros chicos de la villa. Una vez logrados los objetivos de esta etapa, los chicos están en condiciones de iniciar la tercera etapa.

INSERCIÓN SOCIAL: es la tercera etapa de la recuperación. Tal vez sea el tramo más difícil del camino, porque la mayoría de estos/as jóvenes nunca estuvieron insertos en la sociedad. En muchos casos abandonaron la escuela en la temprana edad. Las razones son innumerables: falta de oportunidades, repitieron varias veces, no tenían alguien que se sentara con ellos/as a hacer la tarea, o simplemente no tenían zapatillas. Tal vez pensaron en trabajar, pero el mundo del trabajo está lejos suyo. Las posibilidades de encontrar trabajo generalmente son ínfimas.

Esta tercera etapa apunta a consolidar el nuevo estilo de vida. Se los ayuda a encontrar las claves de esta nueva vida enfrentando problemas de vivienda, salud, documentación, estudio y trabajo.