Prevención en el ámbito educativo

Autor:  Lic. Diego Ruiz
Ambito: Departamento de Investigación en Salud Mental y Adicciones, CICI, Fundación Convivir

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Todos somos parte de la prevención

En el ámbito educativo, la prevención de las problemáticas asociadas al consumo requiere de la participación activa de toda la comunidad educativa.
Entre todos podemos contribuir a generar una cultura del cuidado que ponga el acento en:
• la reconstrucción de los lazos sociales,
• generar tramas vinculares de inclusión
• potenciar proyectos de vida desde una perspectiva colectica de participación.

La escuela y la familia generan un ambiente propicio para la prevención cada vez que se comprometen en la tarea diaria de enseñar a los niños y niñas a vincularse y a relacionarse afectivamente con otros en lazos cooperativos.
Cuando se genera este ambiente se promueven:
• Los saberes, valores y hábitos para una vida saludable,
• El cuidado de sí, de los otros y del ambiente;
• La expresión de sentimientos, emociones, ideas y opiniones para dar la oportunidad de ser protagonistas y creadores;
• Las fantasías, deseos, miedos para que encuentren un medio para ser compartidos y elaborados;
• La integración a la cultura y sus normas;
• El conocimiento, respeto e incorporación a su proyecto educativo las culturas, las lenguas, las creencias y valores que traen consigo las familias de los niños, niñas y adolescentes, dándoles voz y valor;
• Darle significado al mundo y sus múltiples modos de habitarlo.

IMPORTANTE

• Prevenir los consumos problemáticos en la infancia y la adolescencia significa darle sentido a la vida;
• Apreciar a los estudiantes como seres autónomos y valiosos;
• Habilitar el juego para poder crear otras realidades;
• Ofrecer un tiempo y un sostén ante situaciones de malestar;
• Dar lugar al conflicto y a la incertidumbre como posibilitadores de crecimiento;
• Proponer la demora, la idea de un después, de un proceso, de una espera, posponiendo la satisfacción y tolerando la frustración;
• Valorar los procesos y no sólo los resultados;
• Promover prácticas solidarias y lazos comunitarios desde la construcción de proyectos compartidos;
• Pasar de la diversión como única afectación posible a la diversidad de estados por los que se puede atravesar;
• Construir rutinas, hábitos y repeticiones que hagan posible transitar experiencias ricas que puedan afectar y dejar huellas.

Que implica el cuidado

El cuidado se constituye para toda la escuela y las familias en motivo de trabajo conjunto, para que los niños puedan transitar por experiencias formativas que les permitan desarrollar seguridad y confianza. Confianza que tiene un valor pedagógico fundamental en tanto requisito para que los niños logren aprender desde la convicción de que pueden hacerlo, y que supone la generación de un clima escolar y familiar que facilite que cada uno de los niños pueda afrontar los problemas y desafíos que se le presentan.

El lugar de los adultos, la construcción de una presencia significativa

Los adultos orientados al fortalecimiento de los vínculos en la familia, que ofrecen su presencia, acompañamiento, sostén, límites, saberes, escucha, están haciendo de la familia un espacio adecuado para la prevención. Todos tenemos algo que aportar desde nuestro rol.
Pensar, enseñar y acompañar desde el cuidado es confiar en que el otro es portador de saber y tiene la capacidad de aprender, dándole valor a su palabra, respetando sus tiempos. Los adultos ofrecen sentidos y son prestadores de identidad para los niños, niñas y adolescentes, a la vez que se constituyen en interlocutores válidos para hablar de consumo de sustancias y alcohol y promover el cuidado y la salud.
Al cuidar a un niño lo estamos haciendo visible, lo estamos reconociendo como persona. En el caso de adolescentes y jóvenes, el rol del adulto supone además hacer lugar a una interacción desde el afecto y el diálogo, que permita el fortalecimiento individual, y convertirse a la vez, en “punto de apoyo e interacción”.
De esta manera a través del diálogo se desarrolla una práctica que enseña a fortalecer los lazos comunitarios y solidarios, así como transmitir la idea de que las adversidades pueden ser enfrentadas por medio de la ayuda de otros, la seguridad de que todas las situaciones tienen solución, y de que los adultos están allí para ayudar.
Factores de protección vinculados al ámbito familiar

Factores de Protección
Asociados a una reducción en la probabilidad del uso de drogas o conductas problemáticas.
Una proximidad hacia la familia y la existencia de lazos afectivos con los adultos, disminuye la necesidad de dependencia hacia el grupo.

Factores de Protección

  • El respeto mutuo
  • La consideración de sus intereses
  • La buena voluntad para escuchar
  • El interés por conseguir una buena relación
  • La contención y el acompañamiento familiar
  • Desarrollar habilidades para enfrentar riesgos
  • Involucrar a toda la comunidad en una misma meta
  • El acompañamiento en el desarrollo de habilidades necesarias para el desempeño social

¿Que son?
Las Habilidades para la Vida – HpV- se refieren a un grupo genérico de 10 habilidades o destrezas psicosociales que facilitan a las personas enfrentarse con éxito a las exigencias y desafíos de la vida diaria.

El desarrollo de las HpV promueve que el aprendizaje no abandone la emoción y el placer, y que las incorpore como ruta hacia el desarrollo de la inteligencia y la reflexión:
Ellas son:

  • Autoconocimiento,
  • pensamiento crítico,
  • toma de decisiones,
  • manejo de tensiones y stress,
  • manejo de emociones y sentimientos,
  • manejo de problemas y conflictos,
  • pensamiento creativo,
  • relaciones interpersonales,
  • empatía,
  • comunicación asertiva.